En un mundo donde el ritmo del cambio es vertiginoso y las oportunidades de innovación se multiplican a cada momento, resulta paradójico que la igualdad de género en el ámbito del emprendimiento y de la empresa siga avanzando a un paso tan lento. A pesar de los avances legislativos y los cambios en la mentalidad social, las mujeres aún enfrentan barreras significativas que limitan su acceso y éxito en igualdad de condiciones.

Alto Comisionado para España Nación Emprendedora entre 2020 y 2023; y promotor de la Guía de Mujeres Referentes del Emprendimiento Innovador en España
Conscientes de esta persistente disparidad, la Guía de Mujeres Líderes del Ecosistema Empresarial –revisión de la Guía de Mujeres Referentes del Emprendimiento Innovador en España que promovimos en 2021 desde el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora– no solo busca celebrar los logros alcanzados, sino inspirar a toda una comunidad para acelerar el cambio hacia un entorno verdaderamente inclusivo. ¿Pero cuál es el origen, la causa, la fuerza impulsora de esta guía? Es bien sencillo de exponer: que a las mujeres siempre se les ha dicho que deben esperar. Explicarlo, sin embargo, requiere un viaje por el tiempo y el espacio. Acompáñame.
Nos vamos al Congreso de los Diputados de principios del siglo XX. Cuando el movimiento sufragista, nacido en la década de 1840, ya había calado y logrado victorias en toda Europa, las mujeres en España todavía estaban pendientes de un debate determinante que iba a tener lugar el 1 de octubre de 1931. Se debatía si las mujeres debían tener o no derecho a voto. Las únicas dos mujeres que formaban parte de la cámara baja fueron las protagonistas del debate. Clara Campoamor defendía la iniciativa. Victoria Kent fue quien, sorprendentemente, lideró el discurso en contra. Ella misma dijo que las mujeres debían esperar porque no estaban preparadas, volviendo a recordarnos que la causa feminista no es una lucha entre hombres y mujeres sino entre la ignorancia, el sesgo y el prejucio contra el conocimiento, la conciencia y la justicia.
España llegó tarde, pero más tarde llegaron otros países. Viajemos ahora a la Arabia Saudí del siglo XXI. No fue hasta el año 2011 cuando esta república islámica aprobó el derecho de voto de las mujeres convirtiéndose en el último gran país del mundo en alcanzar el voto igualitario. Una igualdad formal porque, como sabemos, en lo material le queda mucho camino todavía por recorrer. Fueron más de 150 años los que se tardó en conseguir de manera casi universal un derecho tan básico. Un suspiro en la historia, pero una eternidad para millones de mujeres. Pero qué le vamos a hacer, “las mujeres siempre tienen que esperar”.
Retomamos nuestro viaje y nos vamos a una cafetería de Madrid, a tan solo unas semanas de escribir esto. Con un café entre las manos y con un emprendedor de mucho éxito delante, vuelvo a comprobar, esta vez de primera mano, que las mujeres siempre tienen que esperar no tanto por una lucha entre géneros, sino por una inconsciencia, en ocasiones, incluso inocente. Le estaba contando a este emprendedor que hace unos días me habían propuesto moderar una mesa en la que él iba a participar y que había renunciado inmediatamente porque todos los ponentes de la mesa eran hombres. La mesa podía contar con mujeres y él podía hacer algo por aportar a esa causa. Le aconsejé que diera un paso atrás y pidiera a alguna mujer de su startup que fuera a representar su empresa.
Sorprendido y al tiempo contrariado por no haberse dado cuenta, enmendó el asunto al instante y al día siguiente ya aparecía una de las mujeres líderes de su organización en el panel. El compromiso está ahí, pero la inercia, el no cuestionarse estas cosas, volvía a perpetuar una injusticia: que hay mujeres referentes, pero que simplemente no se cuenta con ellas. Para combatir esa injusticia solo fue necesario un recordatorio de lo difícil e importante que es la lucha por la visibilidad del talento de las mujeres.
La cuestión es que, en este nuevo tiempo en el que percibimos que se producen avances, no estamos calculando cuánto tiempo vamos a tardar en llegar a una igualdad real en el mundo del emprendimiento y la empresa. Según el Mapa del Emprendimiento de South Summit del año 2014, el porcentaje de mujeres emprendedoras en el ámbito del emprendimiento innovador era del 19%. El dato ha mejorado casi diez años después, la última actualización del informe publicada en 2023 aumentaba esa cifra al 20%. En casi diez años el porcentaje ha aumentado un 1%. Es llamativo, pero vamos a intentar presentarlo de una manera distinta para comprender la gravedad del asunto: si continuáramos con esta velocidad, la brecha de género en el emprendimiento innovador en España se cerraría dentro de 270 años. No llegaremos a la igualdad de género hasta el año 2294. Con lo rápido que va todo y, de nuevo, las mujeres tendrán que esperar un poco más.
O quizás no. Y ese es el propósito de esta guía: crear una herramienta que pudiera ocupar un espacio en las mesas de redacción y en las reuniones de organización de eventos. Un tótem que no se pueda ignorar y que ayude a combatir uno de los aspectos más llamativos de esta desigualdad que es el de la visibilidad de las mujeres. Lanzamos esta guía desde la Presidencia del Gobierno con la intención de que se convirtiera en un instrumento del ecosistema del emprendimiento innovador para ser mejor. Para ser más inclusivo. El lanzamiento y la recepción fue un éxito, pero mayor éxito es que esta guía traspase la frontera de lo público y sea una organización que cuenta con mujeres tan diversas como WITH la que tome el relevo en su impulso.
Quienes estamos atravesados por esa diversidad siempre hemos tenido que escuchar, independientemente de nuestro género o cualquier otro elemento de nuestra identidad, que nuestros derechos deben esperar. Pero tenemos una sola vida y no estamos dispuestos ni dispuestas a esperar un minuto más. La igualdad y la inclusión no pueden esperar más. Mucho menos hasta el año 2294.
No vamos a esperar a mañana si nos puedes incluir hoy.